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19 jul 2011

La naranja mecánica

Vamos a ver, Dim. Dime, ¿Qué es lo que se esconde detrás de esa risita caballuna? 


Ahí estaba yo. Es decir, Alex y mis tres drugos. O sea Pete, Georgie y Dim. Estábamos sentados en el Milk Bar Korova, exprimiéndonos las rasureras para encontrar algo con que ocupar la noche. En el Korova Milk Bar servían lacta plus. Leche con velloceta o con dencromina… que es lo que estábamos tomando. Eso nos aguzaba los sentidos y nos dejaba listos para una nueva sesión de ultra-violencia. 



Mientras andábamos por el borde del muelle, iba yo aparentemente tranquilo, pero cavilando todo el tiempo. Así que Georgie sería ahora el General, dictando lo que teníamos hacer o no hacer, y Dim su perro faldero de sonrisa boba. Pero de repente caí en la cuenta que el pensar es para los atristos, y que los omniosos cuentan con la inspiración y con lo que el Señor manda. Porque ahora venia en mi ayuda una música deliciosa... Había una ventana abierta, con un tocadiscos en marcha, y en seguida videé el camino a seguir...


"Vaya, vaya, vaya... pero no es el cerdo y malholiente Billy Boy en carne y seso? , cómo está vuestra merced?, cómo está dama Juana podrida en aceite de baratillo?


"Me desperté...los dolores y las náuseas volvieron a mí como una fiera... entonces comprendí lo que pasaba, la música que sonaba abajo era la de mi viejo amigo Ludwig Van y su terrible Novena Sinfonía...de pronto vidée lo que tenía que hacer, lo que quería de verdad hacer, evaporarme de una vez, largarme para siempre de este mundo cruel y sin piedad, un instante de dolor una vez y después el suelo para siempre por los siglos de los siglos "

¿Sabes lo que puede hacer con el reloj? ¡Metérselo por el culo!

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